Caminar por el sendero de la vida requiere una postura correcta y una clara dirección. Es como bailar tango, muchos creen que para bailarlo hay que hacer las piruetas del tango escénico al llegar a la pista se dan cuenta que… se baila simplemente… caminando.
La vida se transita también con pasos armónicos, en sintonía con el otro y – como en la pista- circulando con la conciencia de que no estamos solos.